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LUGARES IMPERDIBLES




EN SANTIAGO

Barrio Bellavista


Los coloridos grafitis y la alegre música que se escapa por las ventanas de los pubs, restaurantes y cafés, le dan la bienvenida a quien camina por las calles del Barrio Bellavista, una zona ubicada entre el Metro Baquedano y el Cerro San Cristóbal.
Conocido por ser lugar de encuentro de jóvenes universitarios de sedes de la Universidad de Chile, San Sebastián y Andrés Bello, el barrio tiene varias intervenciones artísticas, museos, galerías y plazoletas. Al caer la noche, los pubs y discoteques prenden el ambiente y se pueden ver las veredas atiborradas de mesas, donde los grupos de amigos y parejas se reúnen en torno a una botella de cerveza, algunas “piscolas” o “terremotos”, acompañadas de una buena chorrillana.
En la calle Constitución 183 se encuentra el conocido Teatro Mori, que funciona desde el año 2004. La cartelera va rotando, por lo que las opciones son variadas. Un blanco domo en la entrada es usado muchas veces como salón para exposiciones de arte, ropa de diseñadores independientes y ferias, entre otras. A pocos pasos se localiza la que fue la única residencia en Santiago del poeta chileno Pablo Neruda, la Casa Museo La Chascona, ubicada en Fernando Márquez de la Plata 192.
Ya de noche, el barrio se viste de fiesta. El volumen de la música sube, las luces se encienden al ritmo del rock, del pop o la bachata, dependiendo de la esquina en la que estés. El Patio Bellavista reúne un poco de todo, y le suma además tiendas de artesanías, ropa y recuerdos para los visitantes, en un ambiente seguro.
El estilo de los distintos restaurantes y pubs se mezcla armoniosamente, sin molestar a los visitantes.
En el  Patio Bella vista se encuentran grupos tanto de bandas nacionales como extranjeras, mientras se come de lujo.
Por todos lados se escuchan conversaciones en distintos idiomas, dándole un aire cosmopolita al Patio. El choque de las copas mezclado con las risas y el relajo es transversal, no importa de dónde vengas. Por afuera, el contexto es un poco distinto, más juvenil y desordenado. Jóvenes músicos avanzan por las veredas tocando tambores y cantando por algunas monedas que el público les da. El retumbar de los bombos se va alejando, dando paso nuevamente a la alegría de la noche.
 

Barrio Lastarria

Un pequeño barrio encantador. Un sector donde la magia de la convivencia se hace presente en los más agradables pubs y restaurantes. Lastarria es unos de los lugares más in que puedes encontrar en Santiago. Desde 1996 es declarado zona típica debido a su gran actividad cultural.
Se encuentra en la comuna de Santiago y las actividades son múltiples. El ingreso es gratuito, pero el costo aumenta si se quiere deleitar con la gastronomía que varios locales ofrecen tanto a la hora de almuerzo como en la noche.
¿Por qué tan imperdible? porque es la mezcla perfecta entre la tranquilidad de un café con el interesante ambiente bohemio cultural. Aquí, si tienes suerte puedes encontrar ferias de antigüedades, ciclos de cine y varias demostraciones de arte.
Da la sensación de estar en otro país. A pesar de que muchos de los lugares para comer ofrecen una carta más bien nacional, las construcciones mantienen un estilo europeo de finos detalles que impresionan a los turistas.
Caminar por este barrio de calles con adoquines es llenarse de la buena onda de quienes lo transitan.
 


Barrio Italia

 A primera vista el Barrio Italia no demuestra la belleza que realmente posee, por lo mismo es necesario entrar a sus galerías y empaparse de los colores, las texturas y olores. En sólo una mañana podrás conocer este barrio emergente, que promete ser único e irrepetible.
Al comenzar este viaje serás testigo de cómo lo nuevo y lo viejo se mezclan de una manera muy natural, invitando a quedarte y pasar por el típico café de La Candelaria que, con su ambiente hogareño, logra hacerte sentir que estás fuera del ruidoso Santiago.
Entre las distintas galerías caminarás entre las grandes casas coloniales, que con sus altos techos y largos pasillos, fueron testigos del surgimiento y rejuvenecimiento de la comuna, las mismas casas son las que hoy albergan a los nuevos diseñadores que sueñan con convertirse en la versión local del argentino barrio Palermo. Este carácter hizo que Departures.com, eligiera este barrio como uno de los 10 lugares más hermosos para hacer shopping.
Para continuar con el recorrido, no te deberías perder la galería Estación Italia, que te envolverá con su diseño único de piso en madera y sus lámparas hechas de mimbre, hechas en Chile. Esta gran galería no estaría completa si no fuese por el olor a café que ofrece Choquero, que se mezcla perfectamente con la esencia de La Pastelería, que destaca por sus cupcakes y capuchinos.



Barrio Patronato


La gran interacción cultural ha transformado este sector en uno de los barrios con la más variada oferta en cuanto a vestuario y gastronomía, acompañado siempre de precios para todos los bolsillos.
Colores y texturas, sin importar la época del año, es lo que siempre vas a encontrar en Patronato. Calles, rinconcitos, paseos, donde los locales comerciales, destinados principalmente a la ropa de mujer, son la gran atracción. Las calles Patronato y Santa Filomena son un destino obligado.
Es en esa intersección donde sucede todo. La gran cantidad de locales comerciales  provocan la impresión de que uno se encontrará siempre con lo mismo, pero se debe poner atención, desarrollar el ojo de un buen comprador, ya que las influencias culturales que se exhiben son variadas.
Inmigrantes mayoritariamente provenientes de China, India o países árabes ofrecen lo mejor de sus productos como telas y ropas, pero también se puede encontrar accesorios de origen nacional, siempre acorde a la estación del año. Pero lo que más llama la atención son sus precios, siempre se podrá conseguir más por menos.
Pero en este choque cultural, no sólo resalta la industria textil y de la moda, también la gastronomía. Las alternativas son variadas como los shawarma, picadas de comida china, puestos de fruta e inclusive pequeños cafés.
Además, el sector posee un amplio flujo de artistas que, sumado a las distintas opciones culinarias, le entregan un ambiente de bohemia.


Cerro Santa Lucia


Se abren las puertas del lugar y comienzan a llegar los transeúntes y buses con turistas ansiosos de conocer el lugar. En medio del centro de Santiago se difumina el ruido de los autos y la ciudad, con el trino de los pájaros y la tranquilidad de uno de los pulmones verdes de la zona: El cerro Santa Lucía.
El ruido de las fuentes de agua tranquiliza el espíritu acelerado de la ciudad. La Terraza Neptuno da la bienvenida con sus majestuosas escaleras, y en la cima de una imponente fuente de agua, el dios de los mares, Poseidón, declara su poder.
Palmeras, araucarias, ciruelos, eucaliptos y otros árboles y arbustos adornan los jardines y caminos del cerro, y el verde pasto acoge a quienes quieren tomarse un descanso bajo la sombra.
Los pequeños escalones de piedra complican el paso de muchos, pero la subida se hace fácil ya que todos los senderos cuentan con barandas y hay bancas para sentarse a tomar aire y quizás aprovechar de probar el rico mote con huesillos que ofrecen en los quioscos.
En el Jardín Darwin, una pequeña capilla de ladrillo rosado se oculta entre rocas y árboles, y mira hacia calle Merced. En ella se encuentra la tumba de Benjamín Vicuña Mackenna y su familia.



 

Plaza de Armas


Ubicada en el kilómetro cero de Santiago y bajo la sombra de las palmeras, se encuentra la Plaza de Armas. Los edificios históricos dejan entrever el cambio de la sociedad chilena a lo largo de los años. Una sensación de cabildo impregna el sector.

Un encuentro de cultura imperdible. Frente a la estatua del conquistador Pedro de Valdivia se encuentra la Municipalidad, la Catedral, el Correo y el Museo Histórico Nacional. Un paseo por variadas demostraciones de arte que promocionan la buena onda y la vida al aire libre. Pintores, tarotistas, fotógrafos logran exponer su arte al ritmo del folckore chileno que todas las semanas, con distintos espectáculos, inspiran a los turistas. Dominga Ossandón, autora de la Guía Turística de Santiago de Chile, cuenta la historia desde los inicios de este lugar:

Es en la Plaza de Armas de Santiago donde el peón y el rey se encuentran cara a cara. A diario, cientos de personas se reúnen en la pérgola central a jugar ajedrez. Para las visitas, el precio es de $500 pesos, y para quienes ya son socios, es gratuito. Una jugada tiene que ir acompañada de un cigarro y un buen café.
En el centro de la Plaza, refresca el ambiente una pileta color merengue con la figura de Simón Bolívar. Rodeada de fauna que los turistas se reúnen a alimentar, los fotógrafos intentan capturar los mejores recuerdos de las familias que optaron caminar por los adoquines que conforman el sector.
Sin duda, es imposible no detenerse a admirar la arquitectura de la Catedral de Santiago, ubicada en la esquina norponiente. Un sinfín de exposiciones artísticas reunidas en un frío lugar de oración. Un lugar perfecto para el silencio y para escapar del calor que caracteriza a la ciudad. Al salir, más de un heladero intentará refrescar el paladar.
Es aquí donde los personajes chilenos más típicos se juntan a conversar y observar el entorno, la sociedad del país, que está en constante movimiento y que busca ser admirada.



 

Mercado centra


Tradición, historia y gastronomía es la combinación perfecta que ofrece el tradicional Mercado Central en sus 141 años de funcionamiento. Siendo uno de los primeros lugares de comercio en la ciudad, hoy continúan los puestos de pescadería que entregan los productos más frescos de nuestro mar ubicados en sus pasillos, para dejar en el centro del edificio los restaurantes más populares de la zona. En ellos se puede apreciar cómo ha perdurado en el tiempo la cocina nacional, por medio de la preparación de platos típicos que se han mantenido desde sus inicios.
Durante la época de la Colonia, el principal punto de abastecimiento en alimentos para los habitantes de Santiago se encontraba en la Plaza de Armas de la ciudad. Sin embargo, esto generaba un enorme desorden y suciedad, lo que significó que éste fuera trasladado a las afueras por orden de quien fuera el Libertador de Chile y Director Supremo en aquel momento, Bernardo O’Higgins Riquelme.
Para potenciar de mejor manera su funcionamiento, una estructura metálica con estilo neoclásico fue levantada en una zona donde transitaba el comercio marítimo proveniente de la ciudad de Valparaíso, siendo inaugurado en 1872 como un símbolo de la agricultura chilena.
Luego de varios cambios en la edificación, perdiendo parte de su terreno debido a la urbanización de la capital, el Mercado Central fue vendido en el año 1983 a los propios comerciantes que trabajaban en el lugar, tras haber sido administrado por la Municipalidad de Santiago. Un año después, el edificio fue declarado Monumento Histórico por ser un símbolo de la cultura nacional.
 

 

Contacto: Sergio Gonzalez Stewart  -  whatsapp: +56997631958  -  Mail: gonzalez.stewart.sergio@gmail.com
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